La abeja melífera se alimenta principalmente de néctar y polen que recolecta de las flores. El néctar proporciona energía en forma de azúcar, mientras que el polen es una fuente de proteínas y nutrientes esenciales. Las abejas almacenan el néctar en sus colmenas y lo convierten en miel, que sirve como reserva de alimento durante el invierno. Buscan flores en campos, jardines y bosques, desempeñando un papel vital en la polinización de plantas.

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