El oso polar es un carnívoro que se alimenta principalmente de focas, especialmente de las focas anilladas y barbudas. Caza en el hielo marino, utilizando su agudo sentido del olfato para localizar agujeros de respiración donde las focas emergen. Un oso polar puede comer entre 2 y 5 kilogramos de grasa en una comida y puede sobrevivir durante semanas almacenando esa energía. Aunque ocasionalmente consume peces o carroña, depende del hielo para cazar sus principales presas, lo que lo hace vulnerable al cambio climático.

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